martes, 31 de marzo de 2015

IDENTIDAD DIGITAL. ¡QUÉ RESPONSABILIDAD!

Después de la presentación, es seguro que ya os habéis formado una primera idea sobre cómo es la persona que escribe. Inevitable. Lo bueno y lo malo que tiene la Red es que todo queda registrado como si hubieras plantado el pie en la arena. ¡Por algo se habla de la huella digital! Y aunque algunos creen que lo que se escribe en las redes sociales se pierde en el limbo indefinido de los mundos virtuales, la verdad es que ahí queda. En un lugar tan real como la vida analógica y, lo que es peor, para siempre.
Un grupo de estudiantes de Educación Social, en una entrada de su blog “Diario de unos futuros educadores sociales”, realizan una interesante reflexión sobre la inutilidad de cerrar los ojos y despreocuparse de la identidad digital. 
Vienen a decir que, si la huella de nuestro paso por las redes es inevitable, resulta fundamental que cuidemos en extremo la impronta que vamos a dejar a nuestro paso, porque de ello dependerá nuestra reputación digital.

Y esto nos lleva a hacernos una pregunta: ¿podemos crear una identidad digital a nuestra medida y labrarnos la reputación digital que nos convenga?
Parece relativamente sencillo controlar lo que publicamos y lo que compartimos en las redes, aunque resulta bastante más complicado intervenir en lo que otros publican sobre nosotros. Sin embargo, según David Maeztu, en el Encuentro Didactalia 2013, es perfectamente posible neutralizar los contenidos negativos que circulan sobre nosotros en la red generando gran cantidad de contenidos positivos. Dejo el enlace al vídeo de la conferencia, larga pero muy interesante.
Personalmente, pienso que siempre es mejor prevenir que curar.

Como docentes, una de nuestras tareas en este mundo progresivamente digital que estamos creando, más o menos voluntariamente, será proporcionar a nuestros alumnos las herramientas que les permitan gestionar adecuadamente su identidad digital, una identidad que les acompañará el resto de sus vidas y de la que dependerá su manera de relacionarse con los demás. Y para ello, lo primero que debemos hacer es crear nuestra identidad digital docente. Toda una aventura en la que está en juego nuestro propio desarrollo profesional.
Así que vamos a aplicarnos a ello. Paso a paso y siguiendo las normas que dictan los expertos.

¿UN BOOMERANG? ¿EN MI COLE?

Comienzo este blog de nombre tan peculiar recordando un vídeo con el que tropecé hace unos años, en una época de desánimo en la que necesitaba replantearme el sentido de mi vida profesional. 
La idea de un mundo conectado por una cadena de favores, por gente que da sin esperar nada a cambio y que a su vez recibe lo que ha sembrado, me devolvió la esperanza y me ayudó a comprender la importancia de lo que estaba haciendo. Ser maestro o profesor consiste en dar y disfrutar dando; el resto (el reconocimiento, el agradecimiento, los objetivos cumplidos), llegará por si solo en el momento adecuado, porque todo lo que entregas termina por llegar a ti. 
Desde entonces, he compartido el vídeo con mis alumnos infinidad de veces; ahora lo comparto con todos los visitantes del blog.