Después
de la presentación, es seguro que ya os habéis formado una primera idea sobre cómo
es la persona que escribe. Inevitable. Lo bueno y lo malo que tiene la Red es
que todo queda registrado como si hubieras plantado el pie en la arena. ¡Por
algo se habla de la huella digital! Y aunque algunos creen que lo que se
escribe en las redes sociales se pierde en el limbo indefinido de los mundos
virtuales, la verdad es que ahí queda. En un lugar tan real como la vida
analógica y, lo que es peor, para siempre.
Un grupo de estudiantes de
Educación Social, en una entrada de su blog “Diario de unos futuros educadores
sociales”, realizan una interesante reflexión sobre la inutilidad de cerrar los
ojos y despreocuparse de la identidad digital.
Vienen a decir que, si la huella de nuestro paso por las redes es
inevitable, resulta fundamental que cuidemos en extremo la impronta que vamos a
dejar a nuestro paso, porque de ello dependerá nuestra reputación digital.
Y esto
nos lleva a hacernos una pregunta: ¿podemos crear una identidad digital a
nuestra medida y labrarnos la reputación digital que nos convenga?
Parece relativamente
sencillo controlar lo que publicamos y lo que compartimos en las redes, aunque resulta
bastante más complicado intervenir en lo que otros publican sobre nosotros. Sin
embargo, según David Maeztu, en el Encuentro Didactalia 2013, es perfectamente
posible neutralizar los contenidos negativos que circulan sobre nosotros en la
red generando gran cantidad de contenidos positivos. Dejo el enlace al vídeo de la conferencia, larga pero
muy interesante.
Personalmente,
pienso que siempre es mejor prevenir que curar.
Como
docentes, una de nuestras tareas en este mundo progresivamente digital que
estamos creando, más o menos voluntariamente, será proporcionar a nuestros
alumnos las herramientas que les permitan gestionar adecuadamente su identidad
digital, una identidad que les acompañará el resto de sus vidas y de la que
dependerá su manera de relacionarse con los demás. Y para ello, lo primero que
debemos hacer es crear nuestra identidad digital docente. Toda una aventura en
la que está en juego nuestro propio desarrollo profesional.
Así que vamos a
aplicarnos a ello. Paso a paso y siguiendo las normas que dictan los expertos.